Un invento como el celular ha sido llevado a profundas reflexiones por parte del reconocido filósofo italiano Umberto Eco.
Era necesario que alguien de la talla intelectual de este hombre dedique un artículo a un aparato que “tiene poco que ver con los grandes temas de la vida y de la mente”.
Eco recuerda que a principios de los años noventa decía “que el celular debería permitirse sólo a los que transplantaban órganos, a los gasfiteros (en ambos casos, personas que por el bien social deben poder ser localizadas en cualquier lugar e inmediatamente) y a los adúlteros”.
La verdad es que a este italiano (y creo que a cualquiera) le disgustaba escuchar “a caballeros que habrían resultado imperceptibles en otras condiciones".
Más adelante sostiene que este aparato móvil “era ante todo una marca de inferioridad social: los poderosos de verdad no tienen celular sino secretarios que filtran las comunicaciones”.
Los weblogs
Pese a estas palabras, reconoce que en la actualidad este invento ha beneficiado de alguna manera el nacimiento de los sms, de la información periodística minuto a minuto y el hecho de que con el celular uno puede conectarse a Internet.
En este punto habría que agregar lo beneficioso que han resultado los móviles con cámaras fotográficas incorporadas para los weblogs. La cantidad de imágenes que se han podido transmitir de los recientes eventos mundiales han sido han sido abrumadoras e interesantes.
Eco se pregunta y contesta: “El celular, pues, ¿tiene algún interés para un filósofo?...Pues sí. Hay ciertas innovaciones tecnológicas que han cambiado la vida humana, tanto que se han convertido en argumento para la filosofía: baste pensar en la invención de la escritura (desde Platón a Derrida) o en la introducción de los telares mecánicos (véase Marx)”.
Era necesario que alguien de la talla intelectual de este hombre dedique un artículo a un aparato que “tiene poco que ver con los grandes temas de la vida y de la mente”.
Eco recuerda que a principios de los años noventa decía “que el celular debería permitirse sólo a los que transplantaban órganos, a los gasfiteros (en ambos casos, personas que por el bien social deben poder ser localizadas en cualquier lugar e inmediatamente) y a los adúlteros”.
La verdad es que a este italiano (y creo que a cualquiera) le disgustaba escuchar “a caballeros que habrían resultado imperceptibles en otras condiciones".
Más adelante sostiene que este aparato móvil “era ante todo una marca de inferioridad social: los poderosos de verdad no tienen celular sino secretarios que filtran las comunicaciones”.
Los weblogs
Pese a estas palabras, reconoce que en la actualidad este invento ha beneficiado de alguna manera el nacimiento de los sms, de la información periodística minuto a minuto y el hecho de que con el celular uno puede conectarse a Internet.
En este punto habría que agregar lo beneficioso que han resultado los móviles con cámaras fotográficas incorporadas para los weblogs. La cantidad de imágenes que se han podido transmitir de los recientes eventos mundiales han sido han sido abrumadoras e interesantes.
Eco se pregunta y contesta: “El celular, pues, ¿tiene algún interés para un filósofo?...Pues sí. Hay ciertas innovaciones tecnológicas que han cambiado la vida humana, tanto que se han convertido en argumento para la filosofía: baste pensar en la invención de la escritura (desde Platón a Derrida) o en la introducción de los telares mecánicos (véase Marx)”.
¿Qué agregar? Que al final de cuentas este intelectual con más de 70 años sucumbió ante un adelanto tecnológico, el cual no siempre está encendido, pero de que lo tiene lo tiene.
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