Foto: Vladimir Terán. |
Acaba de partir un maestro del periodismo peruano. Y como muchos de sus ex alumnos y colegas, estoy envuelto con una serie de recuerdos, anécdotas y lecciones dadas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Estoy apenado, cierto, pero también tengo la sensación de que Manuel Jesús Orbegozo recibió un justo y merecido reconocimiento de su trabajo en vida, algo que raramente sucede en nuestro país.
Y una de las distinciones que lo llenaron de orgullo y felicidad fue el título de Profesor Emérito que fue otorgado hace casi un año por la mencionada casa superior de estudios, donde él fue maestro y apadrinó numerosas promociones de egresados.
Esa tarde dio un discurso acaso de despedida y reunió a numerosas generaciones de periodistas que lo conocieron y apreciaron. MJO estaba feliz, pues por vez primera la Decana de América entregaba una alta distinción a un periodista.
Lo tuve como profesor y luego como jefe de la entonces Oficina de Relaciones Públicas de la UNMSM, donde aproveché al máximo sus anécdotas y consejos de un hombre que dio tantas vueltas al mundo como reportero del diario El Comercio.
Maestro de la crónica y entrevistador notable, MJO dio también el salto a los nuevos medios, pues en el 2004, es decir, cuando tenía 81 años de edad, abrió un blog. Sí, un blog con el cual experimentó la socialización de la información, y dio rienda suelta a su capacidad de asombró y de preguntar y repreguntar. Así era MJO, un hombre apasionado con la profesión y abierto al cambio y a la innovación.
Cierto, acaba de partir Manuel Jesús Orbegozo, pero sus lecciones de cómo ejercer el periodismo quedarán, y ahora más que nunca están siendo compartidas. Hasta siempre, profesor. Hasta siempre, reportero del mundo.
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